El quinto en discordia es el personaje de mayor relevancia en las obras clásicas. Su importancia radica en que conoce los secretos del resto de protagonistas pero no los desvela.
Ser el quinto en discordia es el papel de Dunstan Ramsay en esta novela que nos cuenta la historia de tres hombres unidos por una travesura que marcará el destino de cada uno de ellos.
El autor, Robertson Davies, nos cuenta, a través de una carta escrita por Dunstan, cómo transcurren los hechos siempre desde su punto de vista. El objetivo de narrar todo desde los ojos de Dunstan es que El quinto en discordia, se complemente con los otros dos libros que forman parte de la trilogía Deptford (lugar donde los tres personajes se criaron). El segundo de ellos, Mantícora, nos ofrecerá el punto de vista de Boy, mientras que el tercero, El mundo de los prodigios, nos permitirá conocer la vida del gran mago Eisengrim.
Esta es una historia marcada por el complejo de culpa y la necesidad de resarcimiento de su protagonista, que le llevará a dedicar su vida al estudio de la vida de los santos. Quizá esta es la parte más aburrida de toda la novela, pues el autor se centra demasiado, en algunos puntos, en explicarnos la obra y gracia de determinados santos y santas o de la religión en sí. No suelen aportar nada a la historias y ralentizan bastante la lectura.
Pero en El quinto en discordia, además podemos encontrar todo un recorrido por la historia del siglo XX, conociendo cómo sus protagonistas vivieron las guerras mundiales, el crac del 29 o las revoluciones sociales de los años 60.
No hay comentarios:
Publicar un comentario